Piénsalo! No te digo “no hacer NADA” que es lo que decimos habitualmente. Te hablo de “hacer NADA”,” crear la NADA”. Nada es “ausencia de…” . De movimiento, de ruido, de pensamiento, de personas alrededor…
¿Eres capaz de estar en quietud y en silencio contigo mismo? ¿De volcarte hacia adentro para mirar qué hay? ¿O es más fácil quedarte en el ruido? Sin duda el ruido acompaña! Y el movimiento te hace creer que estás “haciendo algo”!
Pero el silencio y la quietud te obligan a parar y a mirar qué pasa!
¿Te atreves a hacerlo? ¿O es que tienes miedo? ¿Qué puedes encontrar que no te guste? Si no te acercas, nunca lo sabrás, y menos aun podrás cambiar lo que no te gusta.
Además, ser capaces de “hacer nada” es todo un trabajo, un aprendizaje y hace falta decisión, coraje! Hacer NADA es “crear” la NADA, un estado de quietud corporal, de vacío mental, de ausencia de ruidos interiores y exteriores. Rodeados también de NADA. Un estado extraordinariamente benéfico para poder conectarnos mejor con nosotros mismos, con nuestro yo más profundo y verdadero, con nuestro potencial más auténtico.
¿Cómo aprender a crear la NADA en nosotros? La manera más sencilla es conseguir, poco a poco, una mejor conexión con nuestro cuerpo. Es bajar de la cabeza, y “sentir” en el cuerpo. Aprender a recorrerlo tramo a tramo, con conciencia. El cuerpo es sabio y nos habla, si consigues escucharlo un poco cada día, irás alcanzando cada vez mayor conciencia, mayor cercanía con tu esencia auténtica. Para recorrer este camino puedes elegir entre diferentes prácticas: mindfullness, meditación, yoga, focusing… Lo puedes recorrer solo o acompañado por un coach que te guíe. Y muy importante: estar dispuesto a encontrarte con lo que no te gusta para poder cambiarlo y lograr plenitud en tu vida.
“La mayor plenitud es de apariencia vacía, pero su acción es inagotable” Tao
Por @albapracu
Fotos Mar Moseguí