Existe una relación muy estrecha entre tu estado de ánimo y tu manera de respirar.
La mayoría de nosotros solemos utilizar tan sólo una tercera parte de nuestra capacidad pulmonar total para respirar. Este hecho puede ser un mal hábito o bien puede estar relacionado directamente con el estrés de nuestro día a día.
En estado de relajación, tu respiración debería ser pausada, profunda y regular. En momentos de estrés, la respiración se acelera, es superficial, con la parte alta del pecho e irregular. En estos episodios, la frecuencia de respiración aumenta por minuto aumenta de 10 a 20. Y en momentos de máxima ansiedad puede llegar incluso a 30. Este hecho es conocido como hiperventilación.
La hiperventilación puede tener efectos directos sobre nuestro cuerpo, tales como dolor en el pecho o espasmos musculares.
Ejercitar la respiración a través de ejercicios de Pranayama es una parte de las prácticas de relajación, meditación y yoga. Es sabido que una práctica regular de estos ejercicios aportan armonía emocional y mental. Ya en los Yoga Sutras, Patanjali comenta que:
El Pranayama es la regulación de la inspiración, espiración y suspensión de la respiración. Observando la duración de estas fases, podrás hacer que tu respiración sea larga y sutil.”, lo que aporta infinidad de beneficios físicos y mentales.
Existen muchos ejercicios de Pranayama. Hoy, vamos a iniciar una serie de prácticas sencillas que os animamos a experimentar y, si queréis, compartir con nosotros los resultados.
La respiración es un hecho tan automatizado que no se le suele prestar atención. En esta práctica vas a tomar conciencia del proceso de la respiración
Estés donde estés, cierra los ojos, y respira profundamente. Sitúa tus manos sobre el abdomen. Inspira lenta y uniformemente a través de la nariz y dirige el aire hacia la zona del abdomen, dejando que la fuerza del aire desplace tus manos arriba y abajo. Mientras lo haces, siente cómo la zona de tu estómago se expande con la nueva fuerza vital que va llenando tu cuerpo. Después, aguanta el aire a pulmón lleno durante uno o dos segundos, tras ello deja que salga por la nariz al mismo ritmo al que lo has inhalado.
Como veis en un ejercicio muy sencillo que podéis practicar en cualquier sitio (trabajo, bus, etc.) pero muy poderoso para calmar la mente y el cuerpo en un momento de estrés, así como para permanecer en el presente